lunes, 11 de junio de 2012

Corrupción

No entiendo. Los políticos aceptan que hay corrupción y quieren , además, que confiemos en las instituciones ¿Pues dónde creen que está la corrupción entonces? No es que la corrupción sea un mal etéreo que nos cubre y del que hay que protegernos. ¡No! Cuando dicen que hay corrupción lo que están diciendo es que HAY GENTE CORRUPTA y la gente corrupta trabaja en ...¿En dónde? No sé, sólo sé que cuando el PAN tiene esa fe ciega en las instituciones e ignora el problema de corrupción en el país, está procediendo de manera anti-democrática. La democracia no es sólo tener instituciones que te sustenten, es tener instituciones CONFIABLES, legítimas y cuando hablo de legitimidad hablo de un aval popular que es de donde se sustenta cualquier legitimación. El presidente es legítimo porque es electo por el pueblo, si sólo hicieran falta las instituciones, pues ya para qué nos preguntan a quién queremos de presidente si de todos modos el pueblo no legitima nada. 

Estaremos de acuerdo el líder de campaña de Josefina y yo cuando acepte que la democracia se sustenta en instituciones, SÓLO cuando éstas son confiables, es decir, no hay gente corrupta y por lo tanto el pueblo puede creer en sus fallos y acciones.
En tanto haya corrupción en el país, las instituciones, sean las que fueren, no son de fiar.
También estaremos de acuerdo cuando el señor acepte que cualquier legitimidad es popular, la apelación al pueblo no es ningún acto pasado de moda, es el acto democrático por excelencia, no es la autoridad la que legitima, esto no va de arriba para abajo, por más que quiera el señor, la cosa va de abajo para arriba, y en tanto representantes su «representabilidad» siempre se pondrá entre dicho cuando el pueblo piense que esa autoridad en específico ya no lo representa.
 
Así que no, en tanto haya corrupción no podemos sólo remitirnos a las famosas instituciones. La ventaja que tenemos en estas elecciones es que los ciudadanos están dispuestos a cuidar de las casillas, así podríamos garantizar algún tipo de aval, de aval popular.  Así nos estaríamos remitiendo al pueblo y no a la institución, la cual, hasta que no desaparezca el problema de la corrupción, no es cien porciento confiable. Esperemos que, efectivamente, las instituciones electorales trabajen de manera eficaz como han estado anunciando y que no pase nada «anómalo» en nuestras elecciones.

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