´Que me fui por mucho tiempo.... Sí, así lo hice. Que a nadie le importó....bueno eso también es verdad....Que no me importa eso...bueno eso tal ves sea mentira....
Hace mucho tiempo que no subo nada que no sea informativo, pero creo que esas tres espinitas ya me las quité. Ahora volveré a los eternos traumas de toda mi vida. La vida nunca es Fácil, no, no lo es, y a veces es muy injusta, sí, sí y con creces, pero como preocuparse mucho por eso engorda y, además, crea arrugas tratemos de otras cosas:
Me he puesto a pensar y me he dado cuenta que hay una terrible propensión fenoménica: y es que a los hombres bonitos les gusta la gente idiota. (Terrible, pero cierto) es una propensión, una inclinación natural que dista de ser una ley, pero de que pasa, pasa, y con mucha frecuencia. Como si los dados eternos que giran sobre nuestras cabezas estuvieran maliciosamente cargados. La vida es tramposa y nosotros debemos soportar sus trampas. ¿Debemos?
El niño más bonito de la vida está enamorado... y no, no es de mi ¬ ¬. Está enamorado de un ser algo muy execrable, que no sólo (como diría un amigo diseñador) se ocupa de ofender a dios con su fealdad, sino que ofende al prójimo y a las creaturas que carecen del dominio de sus pasiones.
Así, no sólo es non grato a la vista (debo admitir que verle a veces me duele, pero duele de ¡Ahh mi retina!) sino que además es desagradable en el trato, es una persona que busca su conveniencia (todos lo hacemos pero el de manera descarada) y que no tiene empacho alguno en hacerle la barba a la gente, siempre y cuando sus zalamerías le sirvan en un futuro, si no como contacto, mínimo sí para presumir de ciertas amistades. Convenenciero, feo y mala onda, pues el niño bonito está enamorado de él y él (eso, it, oder es) no está seguro de andar con él, antes bien yo me he enterado (y no es por ser chismoso sino....bueno, sí, es mero chisme ¬¬) que mientras andaba en sus "cosas con él" el "eso" le zorreaba a muchísima más gente (fue coincidencia de la vida enterarme de varios casos de manera gratuita). En fin, pero el niño parece querer con él a pesar de que el otro sea tan ¿cómo decirlo? "Esparcido en sus relaciones interpersonales”. (Hoy no me va muy bien con los eufemismos).
En fin, así tenemos una propensión fenoménica que da a parecer mucho una ley natural, esto nos haría hacer la pregunta trascendental obligada: ¿Cuáles son las condiciones necesarias y suficientes para que un niño hermoso y sexy se enamore de el hijo pródigo de Ronald McDonald’s y Bush? Contestaría, pero sólo el pensar que la última persona que hizo preguntas trascendentales murió sin sexo me hace no hacerlo. Así abordaremos nuestra cuestión desde otro lado.
Primero citaremos una parte de una rima de Bécquer mi amor:
XXXIV
[....]
Ella tiene la luz, tiene el perfume,
el color, y la línea;
la forma engendradora de deseos,
la expresión, fuente eterna de poesía.
¿Qué es estúpida? ¡Ah! mientras, callando,
guarde oscuro el enigma,
siempre valdrá, a mi ver, lo que ella calla
más que lo que cualquiera otra me diga
Triste, Si Bécquer se hubiera puesto a pensar más detenidamente su situación, probablemente no se hubiera muerto tan joven, también probablemente no hubiera escrito lo que escribió...Trágico.
Pero eso hace que nos preguntemos sobre el objeto de nuestras pasiones. Ortega y Gasset (hoy estoy de mucho autor español) dijo alguna vez en un textito del que no quisiera acordarme, que el objeto de nuestros amores era aquel por el cual podíamos saber la verdadera esencia de una persona. Así, si una mujer, a la cual consideramos decente e inteligente, se enamora de un idiota patán, deberíamos reconsiderar nuestro juicio sobre ella, pues en última instancia la mujer no debe ser ni tan decente ni tan inteligente.
Estaba hablando de eso con un amigo y me negaba yo a creerlo, pues le decía que me negaba a aceptar que el objeto de mis amores fuese un idiota solamente porque estaba enamorado de uno. ¡Terrible!, porque mi amigo me dijo después: Y lo peor es que si es así, tú también estás enamorado de él...lo siento amiguito, la cadena del ser. ¡Tragedia! él se enamora de un retrasado y yo pago los platos rotos, lo peor es que según el razonamiento, mi esencia estaría subordinada a la del niño y la de él a la del otro, ¡Estoy en una subordinación de segundo grado que de buena gana me obligaría a quitarme la vida! (Como siempre...exagero)
La esfera de las voliciones siempre ha sido una esfera muy difícil. Las inclinaciones de la gente siempre se ven supeditadas al particularismo más exacerbado el cual podría hacer que se le cayeran los calzones a cualquier filósofo de poco carácter (léase analítico). Afortunadamente un servidor no sólo no es un filósofo analítico sino que ni un filósofo es, es un filosofastrillo (el peor de todos los filosofastros) que se puede dar los permisos de la vida e inventar los filosofemas que más quiera y necesite.
Cuando decíamos que la cadena del ser me supeditaba de manera secundaría al otro, debimos aclarar una cosa, no era la cadena del ser, era la cadena del "Estar" el estar enamorado, si lo ponemos en estos términos podríamos ver que probablemente sí esté un poco supeditado y la forma de mis amores se concretan gracias a la irrenunciable realidad de la forma de los amores de mi amado que están construidos en derredor de la otra persona.
Pero eso es darle demasiado poder sobre mi persona. El estar enamorado es un estar que afecta sino íntimamente a un ser, por lo menos así se siente. Y basta con que se sienta para que sea lo suficientemente real (es más quitémosle lo de suficientemente). Estamos en una forma de experimentar la realidad muy distinta a los intelectualismos que he leído últimamente. En la esfera de las voliciones se necesita querer, se necesita necesitar lo suficiente para que sea algo real, irrenunciable y terriblemente concreto. (Por ejemplo sentir que amaras a alguien toda la vida, aunque no lo hagas, la cosa de ese toda la vida, es la intensidad con la que se sintió ese momento).
(Me encanta, este artículo tan terrible sí que ayuda a descargar eso que tan penosamente siento ahorita: ¡un odio obsceno por el retardado que hace sufrir a mi amado!)
En el querer siempre se piensa que hay tipos de quereres y hasta una jerarquía axiológica. Si esto es así la jerarquización debería ser por intensidad (sí algo así existe) y si esto se da, entonces hablaremos de una realidad cualitativa, y terriblemente paciente. Uno padece y hace en el padecer mismo.
Pero ya estamos muy aburridos, (que no somos, he ahí la ventaja de tener dos verbos en vez de uno) mejor sigo contando. Mientras le platicaba a otro amigo mi penosa situación, éste me dijo que verme así me quitaba lo sexy. ¡¡¡Tlaloc!!!!
Si consideramos que sexy es un concepto que resignifico; tanto es sexy la profesora buenona, como la amiga no tan bonita pero que tiene ese aire de sensualidad en derredor, o ese maestro x que al momento que te das cuenta de la gran personalidad y la inteligencia gritas: ¡¡Hazme un bebé!!!
Así, sexy es un adjetivo tanto físico como moral e intelectual, es todavía mejor que la categoría de bueno (aunque no sé, digo, la gente también está buena)
Pero si lo vemos como esta triple cara, ser sexy es mucho más que sólo cumplir uno de las tres categorías. Ser sexy es cumplir las tres, la gente que es mala, tonta y está buena no es sexy, es sensual; la gente que tiene una gran personalidad pero es fea, tiene sex apeal; la que sólo es buna moralmente y es fea, bueno, es buena y ya. ¿Quiere decir que sólo la gente perfecta es sexy? no por cierto, porque así nadie lo sería jamás, ser sexy es una categoría que uno necesita para la vida práctica. En el sentido que uno tiende hacía ella siempre. Quiero ser sexy porque sí (muy diferente a quiero ser bueno porque soy libre, eso ni Kant se lo traga, muy a pesar de él) y hago cosas inútiles porque me hacen sexy (estudiar filosofía, náhuatl, en pocas palabras ser yo jejejejej) Así uno es sexy en el momento que quiere ser sexy, y dejar de serlo es que uno está perdiendo la dirección de su vida. (jajajja soy tan banal)
Dice Sor Juana que el que te esté entregando el alma, si te la da sin razón y loco, te la está dando precisamente así, sin razón, y en ese sentido no te la está entregando toda, también dice en otro lado que en el amor los celos son su más sincera prueba, pues se puede fingir todo menos estos. Así en el momento que me estuve celoso y perdí la razón no sabiendo dirigir mi vida sino a partir de la desgracia de no ser correspondido y peor, que mi amado amara a otra persona, en ese momento deje de ser sexy. Simplificar mi personalidad a tres cuestiones de mi vida me hizo poco interesante y entonces se creo un círculo vicioso que alejaba más que atraía al objeto de mis amores.
¿Cómo uno puede seguir siendo sexy? A partir de la agudeza y el ingenio ¿cómo uno puede tener ambos? a partir dela educación. Una adecuada educación evitará que una persona tenga malos hábitos físicos, morales o intelectuales, pero si ni la agudeza más fina, ni el ingenio más elevado puede solventar el problema, entonces lo que tenemos es una fisura en nuestro discurso y a partir de la infranqueable realidad que nos golpea debemos empezar a criticarlo, tener una postura crítica, también es tener una postura sexy.
Así debería empezar a ser crítico yo, para no perder mi sexydad, y al mismo tiempo debería darme cuenta que el que le guste una persona así a mi amado le quita la suya sobremanera.
¿Podemos enamorarnos de alguien que no sea sexy? sí ¿es sexy eso? no.
La cuestión aquí era esa contante que veíamos, pero es que al parecer a todos nos pasa. ¿Será ingenuidad? Yo recuerdo la primera vez que me enamoré de un hombre.
Creo debería ser fiel a la política que siempre he seguido y no intervenir en nada que él no quiera, de todos modos sólo él puede salir por él mismo de donde está, es por eso que no apoyo las políticas que intervienen en los demás países según llevando la libertad. Nadie puede obligar a nadie a ser libre, pero una vez que lo sea. ¡Tlaloc! ¡Cómo disfrutaremos de su libertad!
