jueves, 27 de septiembre de 2012

Porque ser soltero también está bien.

Estaba haciendo una visita en retrospectiva a este blog y me di cuenta de una cosa: He estado muy enamorado.

Sé que suena esta conclusión en demasía estúpida, pero después de tantos años (bueno, los suficientes como para hacer una visita en retrospectiva) uno se puede dar cuenta de que siempre sí ha tenido esos sentimientos de los que todo el mundo habla. He amado, mucho, muchisimo, tanto que me ha dolido.

Y no lo digo porque ahora sea el hombre más feliz del mundo, digo, no estoy deprimido, pero de ese tiempo a ahora a cambiado algo. No estoy enamorado, pero tampoco estoy desesperado (que también se puede leer entre líneas -o muy abiertamente- en mis escritos), sólo no estoy enamorado. No lo estoy.

 Y al principio es algo muy difícil, ¿cómo pensar una vida en la soltería en este mundo tan monogámico? Vivimos en un sistema monongámico. ¿Qué quiere decir esto? Qué hay una discursividad tal que legitima un tipo estatus sentimental y reprueba otros, llámense: soltería y poligamía.

En este mundo de monógamos, llegamos a pensar que la poligamía es el resultado de los problemas de alguna persona (si no puede ser feliz con una sola algo malo tendrá el sujeto en cuestión) o al revés, también se le discrimina al soltero y para muestra hace falta un botón,sólo tenemos dos figuras del soltero: el(la)  solterón(a) y el don juan. Ambos son dos estereotipos negativos. El solterón es una persona que por algún tipo de defecto no puede concretar tener una relación y por eso morirá sola e infeliz; y el don juan o el casanova, es un tipo de persona que tiene una soledad tan grande que trata de llenar con una cantidad ingente de relaciones de corto plazo. Aquí lo que resuena en ambas situaciones es una palabra: soledad.

No sé puede pensar la soltería sin la soledad, o por lo menos así nos han educado. Pero ¿en verdad estar soltero significa estar solo?

Una amiga mía acababa de romper con su novio de tres años y era la primera vez que estaba soltera en lustros (siempre había tenido relaciones largas una tras otra) entonce me dijo que estaba encerrada en su casa y que nunca se había sentido tan sola. Eso me puso a pensar en mi propia situación después de mi última relación y recordé la sensación de ir a comer a una cafetería solo, y ese sentimiento de que todo el mundo me veía y me juzgaba como persona triste, pero luego me di cuenta de que no era el mundo, era yo, yo me juzgaba y todavía peor, yo era el que estaba dispuesto a juzgar a alguien por estar en esa situación. ¿Por qué?

Entonces lo comprendí y le dije a mi amiga: No seas tonta, si te sientes sola no es culpa de tu soltería, ya te sentías sola en tu propia relación, por eso la terminaste, tampoco culpes a la soltería de que estés tan apachurrada ahorita, en la vida tenemos altas y bajas, ahora estar soltera y estás en una de las bajas, pero después estarás en una de las altas, y viceversa, cuando estabas en tu relación estabas en una de las bajas, estabas tan deprimida que por eso mismo la terminaste. Las relaciones no son la panacea de la felicidad, estar en pareja no te garantizará el fue feliz para siempre.

Es verdad, a pesar de lo que nos dicen las películas de Disney, tener un principe azul no te garantiza ser feliz, es más, a veces es lo peor que puedes hacer, porque terminas enganchandote a una relación de codependencia, buscas una relación para no estar solo, no buscas un novio porque quieras un novio, buscas un novio porque NECESITAS uno. Querer y necesitar son cosas distintas, la necesidad lleva a la codependencia y ésta a su vez lleva a la infelicidad, uno es infeliz porque uno no puede ser feliz con uno mismo.


Recuerdo que otra amiga me decía: es que no quiero morir sola. ¿Es que acaso estar soltero es estar solo? Después de años de soltería puedo decir que en mi vida me había sentido tan acompañado, tan completo, tan pleno, no es que despache el hecho de querer una relación, siento que sería una buena experiencia, pero no quiero buscar una relación, mejor: No quiero querer tener a alguien, quiero enamorarme de una persona en toda su singularidad y experimentar que el mundo es mejor con él, con ése, no quiero no querer estar solo y por eso terminar con otro de los tantos patanes con los que he tenido la desdicha de salir por ese sentimiento de querer estar «con alguien» (notese que ese «alguien» puede ser cualquiera y yo no quiero a cualquiera, pero tampoco quiero quererlo, quiero que las cosas se den, mientras tanto estoy satisfecho, pleno, feliz).

Conozco gente en pareja que después de muchos años son infelices porque la otra persona no es adecuada, no los dejan por no querer estar solos y viven insuficientes y frustrados sin haber hecho lo que siempre quisieron hacer en la vida. Es lo que le decía a otra amiga, ella me decía: Es que cuando veo luciernagas lo primero que pienso es que me gustaría compartirlo con alguien. Yo le contesté: es que ese es un sentimiento muy bonito, pero si te quedas sólo en él ¿te das cuenta que terminas por no disfrutar de las luciérnagas? Te pierdes las luciérnagas por querer compartirlas y así ni tu ni nadie más las está disfrutando, la vida pasa y no se disfruta si uno se queda en ese sentimiento, primero deberías disfrutar de las luciérnagas.

Uno debe bastarse así mismo, entretenerse, porque si uno no puede entretenerse a sí mismo ¿qué le puede ofrecer al otro? Uno debe bastarse, para compartir hay que tener algo para compartir, te debe sobrar algo de ti, no te debe faltar un otro, sino que te debes sobrar tu a ti mismo, para que te puedas compartir al otro, del mismo modo que el otro debe sentir lo mismo ( si no, es una persona que demanda cosas pero no las ofrece y en ese sentido tampoco debería uno estar con esa persona).

Así, le dije a mi primer amiga: no estás sola, porque estás con nosotros, siempre, y lo que deberías hacer es disfrutarte a ti misma, te lo digo por experiencia, al principio es horrible porque uno necesita a los otros y los buscas desesperadamente, pero luego uno empieza a disfrutar ese ratito que se da a uno mismo: mi ratito con mis amigos, mi ratito con las pendejaditas que me gusta leer, coleccionar, ver, mis series, mis libros, mis revistas, mi tiempo de dibujar tonterías, de escribir, de soñar a solas pensando en mis planes a futuro, querer ir a viajar, a pasear, a estudiar a otro lado, querer conocer comida, gente, cosas, todo eso que lo va informando a uno y al cabo lo va haciendo a uno interesante para sí mismo y para los demás: Eso es bastarse y sobrarse, eso es ser sexy.

Así, uno no debe temerle a la soltería, es un estado por el que a veces nos toca pasar y a algunos nos va más que a otros, y no porque estemos rotos o seamos unos solitarios, todo lo contrario, a veces la vida social de un soltero es más activa que la de una pareja solitaria. Es sólo un tiempo en el que uno vive su vida, y si mientras uno vive y disfruta la vida llega el momento en que nos topamos a otra persona (o personas) y nos hacemos la vida más disfrutable, no lo debemos dejar pasar sólo por querer seguir siendo esos solteros interesantes. La vida hay que vivirla, soltero o con pareja, siempre, porque lo que cuenta es el final de ella, y lo que uno pueda decir ahí, espero que eso que podamos decir es: fui feliz, muy feliz... y tuve una vida sexy. ;)